Una compañía dedicada a la industria de alimentos y bebidas tiene que seguir una logística de producción para asegurar que los productos sean de calidad y seguros para el consumo.
Aunque cada empresa sigue su propia planificación, hay cuatro operaciones que no deben faltar:
- Al recibir la materia prima de los proveedores, se revisa que el producto llegue en buen estado y no presente alteraciones u algún otro desperfecto.
- Los almacenes cumplen con los estándares de higiene correspondiente, asegurando que los productos en crudo se mantengan a la temperatura idónea para su conservación.
- Cuando se prepara el producto final, se traslada a otro tipo de almacén y se comienza su distribución.
- La flotilla encargada tiene instalada tecnología de punta para conservar en buen estado los alimentos.