El impacto ambiental de la producción cárnica es profundo, pues requiere grandes cantidades de los principales recursos naturales o, bien, los contamina:
- Agua. La industria ganadera es una de las mayores consumidoras de agua dulce a nivel mundial. Se requieren en promedio 15.700 litros de agua para producir un solo kilogramo de carne bovina, de acuerdo con la FAO.
- Aire. La fermentación entérica en los animales produce metano (CH4), un gas con un potencial de calentamiento 25 veces mayor que el dióxido de carbono.
- Suelo. La ganadería extensiva y el cultivo intensivo de forrajes degradan los suelos, causando erosión, pérdida de nutrientes y compactación. Además, la expansión de tierras para pastoreo y cultivos forrajeros contribuye a la deforestación.
Ante esto, es evidente que se requieren de soluciones firmes y urgentes. Reducir su impacto ambiental es un desafío global que requiere esfuerzos coordinados entre productores, empresas —sobre todo del sector de los alimentos, como Productos Abadi— gobiernos, consumidores y organismos internacionales.