La carne artificial se consigue a partir de células madre musculares de animales vivos, sin necesidad de sacrificarlos. Las células madre se multiplican en el laboratorio colocándolas en un medio de cultivo que las nutre y contiene los elementos necesarios para su crecimiento, consiguiendo que se multiplique a partir de células madre musculares de animales vivos, sin necesidad de sacrificarlos.
La carne artificial no sólo contiene fibras musculares; hay tejido conjuntivo, grasa, venas y arterias. Por eso, para que la textura y el sabor sean los más parecido posible a la carne real, el músculo fabricado se mezcla con grasa animal (que también se ha sintetizado en el laboratorio), e ingredientes como sal, huevo en polvo, miga de pan, y jugo de remolacha para conseguir el color rojo característico.
Como parte de la industria alimentaria, Abadi Distribución de Alimentos implementa medidas de protección medioambiental en sus operaciones.