Una empresa de la industria de alimentos tiene la responsabilidad de cumplir con tres altos estándares en sus operaciones: calidad, higiene y seguridad.
De este modo, garantiza que su materia prima es inocua y que sus productos fueron elaborados y conservados adecuadamente.
Calidad: contratar una red de proveedores confiable y que estén certificados en buenas prácticas de producción.
Higiene: contar con tecnología de alta gama para el almacenamiento y conservación de los alimentos, llevar un control de inocuidad en las plantas de operación, así como capacitar al personal en medidas de limpieza y tener las instalaciones adecuadas.
Seguridad: monitorear de cerca la cadena de producción e implementar un protocolo para prevenir contaminaciones de los alimentos y cuidar el bienestar de los colaboradores.